Relato: Convivir con los negros y los perukas

Este relato es a la vez mil relatos, millones de voces pueden gritar la misma historia, centenas de lágrimas pueden darle color…

Agradezco a Snack por golpear tantos negros y por no descansar siquiera en aquellos momentos de ocio, por romper sus nudillos contra la dura cara de esas escorias, se que es algo egoísta dedicar este relato a uno sola persona y pido perdón, a continuación me corrijo… Agradezco al Snack que todos llevamos dentro.

Había terminado de jugar una dura partida, la “Clan War” resultó larga, se prolongo tres horas, el nivel de juego resultó parejo, y él se contentaba con la idea de haber denegado y creepeado más que el rival de su línea, sacó una foto donde figuraba su nombre en el primer puesto, apagó el ordenador y salió a tomar aire.
Caminaba por las calles errantemente, era de noche, el cielo estaba moteado hermosamente por estrellas tintineando en el infinito y la luna se alzaba en lo alto, plateada… inefable. Aquel retrato nocturno se interrumpió de súbito cuando bajó la mirada, las calles, el cemento, las personas, el ruido de algunos autos que pasaban de cuando en cuando por allí. Aquel sueño efímero volvía una y otra vez a su mente, el retrato de las estrellas… la luna… ese era el sueño. La calle se volvía sórdida y el único sonido que escuchaba era el de sus propios pasos… TUC, TUC, TUC, de pronto… TUCtuc, TUCtuc, TUCtuc, aquel horrible contratiempo era un claro indicio que alguien lo seguía. Antes que pudiera articular palabra o pensar algo… una voz: -Eh vieja, recatete, tira una monedita pa´ la birra loco- dijo una voz ininteligible pero a la vez vulgar, -dale gato, larga la guita o te quemo-. Sintió el frío del arma tocando su tibio cuello, sin ofrecer resistencia más que una cara de pocos amigos, entregó su billetera al maleante y éste se fue corriendo. Decidió volver a su casa, ya sin ánimos de seguir la caminata, el odio y la bronca reinaban en él y por un momento sintió cómo la sangre galopaba en sus ojos. Pasó a la sala y se sentó frente a la computadora, dejando descansar su cabeza en el amplio respaldo del sillón, y con su mano derecha acariciando una y otra vez el Mouse. Una vez la computadora prendida se conectó a Ombu Server, saludó al clan, creó una partida pública, suspiró –Al fin… libre de negros de mierda, nada me va a molestar ahora- en eso… -Oe host, hay lag, ctm arréglalo ps, argentino kaka, yo me largo - entonces “Perukin Has Left the game”.